El sábado pasado participé en mi tercer triatlón de
distancia Ironman. Me desplacé hasta Islantilla (Huelva) para competir en el
Iberman, el primer larga distancia que se hacía en Andalucía, que además ha sido
también el primero en unir dos países, España y Portugal. Con 700 triatletas,
entre los que había representantes de todas y cada una de las provincias
españolas, se presentaba muy complicado sobre el papel, con dos recorridos muy
duros tanto en el sector ciclista como en la maratón. La natación tendría lugar
en la Playa de Lepe, ya sabéis, la
población de los chistes… ;-)
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Interior hotel |
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Exterior hotel |
Así pues, el jueves llegaba a Islantilla después de zamparme mil kilómetros en coche. Inspección al gran hotel que nos puso la organización,
y media horita de trote para soltar las piernas antes de cenar. El viernes otros
30 min de nado por la mañana, y por la tarde, material a boxes para después
descansar antes de la batalla. Mi dorsal, el 3!!! gran detalle para mi tercer Ironamn jeje.
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Con el dorsal 3 |
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Brieffing |
Tampoco en esta ocasión estaba solo. Diego y Alex, del
Triflavi, se habían animado a probar con el Ironman después de haber hecho tres
o cuatro triatlones. Aunque me parece que solo están de paso en el triatlón (ya
que su pasión es el Trail), para mí estos dos son “ultrahombres”, jeje… Llevan 4 ultras de vértigo este año, la última
hace apenas un mes, donde se pasaron 21 horas corriendo para acabar los 120 km
de la TDS del Mont Blanc (puestos 73º y 74º de más de mil participantes), casi
nada...
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Alex y Diego en boxes |
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En el Mont Blanc |
Y el sábado llegaba la hora, desayunaba a las 5:30, y cruzaba la pasarela
del Hotel a la playa para calentar el nado unos minutos. Qué yuyu,
prácticamente a oscuras, con la sensación de nadar en tinta negra, apenas me
hacía 50 metros
mar adentro y vuelta, que nadar en la oscuridad acojona.
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Pasarela a la playa |
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Calentamiento a oscuras :-( |
Y con los primeros rayos de luz, con una impresionante
salida del sol por el horizonte como se ve en la secuencia de fotos, esperábamos la señal ya de día, para encarar
los primeros 3,8 km de natación. Una única salida para los 700 participantes, y
me metía al agua con Diego y Alex por la zona derecha, para aprovechar la
corriente que iba hacia la izquierda, teniendo que llegar a la primera boya de
giro a unos 300 metros
en perpendicular a la orilla.
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Amanecer el día de la carrera |
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Todos listos! |
Después un largo hacia la izquierda a favor de corriente,
otro tramo perpendicular hacia la playa y vuelta contracorriente para realizar
un rectángulo que debería tener
1,9
km.
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Sector de natación |
Pero en la primera vuelta, al salir a la playa veo que el
GPS ya me marca 2,2km, así que la mala noticia es que tocará nadar más metros.
La buena, que sigo con mi mejoría en la natación, y me encuentro con Diego en el tramo de arena, distancia donde hace un par de meses me había metido 7
minutos.
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Primera vuelta con Diego |
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A por la segunda vuelta |
Aunque aún voy fresco, la segunda vuelta me cuesta un par de
minutos más, y salgo a la T1
marcando el parcial 478º en el nado. 1h 29min, para 4,3 km, lo que para mí está
realmente bien. Aún sigo teniendo mucho margen de mejora, pero al menos ya no
salgo de los últimos jeje…
Después de los ánimos de Susana en el box, empieza la bici, con
180 km rompepiernas entre
España y Portugal. Salgo enchufado desde el principio, pero esta vez, con la
intención de “disfrutar” todo lo que pueda. Algo que se hace difícil, ya que
las primeras tres horas de sur a norte nos vamos comiendo todo el viento de
cara.
90 km
ininterrumpidos de subebajas, donde voy adelantando participantes km a km hasta
pasar por el ecuador del sector en el puesto 256º (los va cantando una chica de
la organización jeje, y me animo aún más al saber que ya he mejorado más de 200
puestos).
Pasamos a Portugal, y giramos de nuevo hacia el Sur. El
rutómetro me marca “Premio de montaña”, y pienso… que será eso??? Y lo veo! Una
pared de un km y pico con rampas al 16%, donde la gente va de lado a lado de la
calzada, buscando piñones que no tienen en los desarrollos de sus cabras. Con
casi 30 graditos de calor, sudo la gota gorda retorciéndome sobre la bici para
pasar el punto más duro del recorrido. Después, la buena noticia del viento a
favor para la segunda parte del sector viene acompañada como siempre, de otra
mala, ...el asfaltado en Portugal es un despropósito! Muchos kilómetros de baches
y parches que desgastan los brazos y que aumentan las papeletas de avería
mecánica… Y más cuando en Mértola, un avituallamiento está en plena calzada
romana de subida hacia el Castillo. Así que durante medio kilómetro tenemos que
sufrir un piso adoquinado, jugándonos las ruedas y tornillos de la bici en cada
metro.
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Mértola con el castillo medieval |
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Subida de adoquín en Mértola |
Después de otras 3 horas por Portugal bordeando el Guadiana,
por fin llego a Vila Real de Santo Antonio, la población lusa más oriental,
separada de Huelva por el propio Guadiana. Me he marcado un gran sector ciclista a 30 km/h de media (parcial 62º), en 5h 54min, y salgo a correr los 42.195 metros en el
puesto 130º, habiendo mejorado unas 350 plazas desde la salida de la natación.
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Vista aérea de la segunda transición |
A la peor hora del día, y con el sol castigándonos el
cogote, toca volver a España, aunque esta vez corriendo una maratón. Los
primeros km son de asfalto y tienen algunos repechos hasta cruzar el
impresionante Puente Internacional sobre el Guadiana. Salgo con prudencia por mi rodilla, pero pronto me olvido de ella, ya que no me daría nada de guerra en toda la carrera.
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Puente Internacional del Guadiana |
Después viene lo peor del recorrido, una subida de un km hasta
el parador nacional de Ayamonte, que me roba la poca resistencia que queda en
mis piernas. Así todo, viendo el rosario de corredores que caminan durante la
subida, me comprometo a no parar de correr, y después de ganar esta pequeña
batalla me adentro en la vía verde para afrontar los últimos 30 km.
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Sector de carrera a pie (maratón) |
Sin tener noción del tiempo, llevando un ritmo por debajo de
ese límite que me hizo reventar en mi último Ironman en Vitoria, voy engullendo
kilómetros entre plantaciones, marismas y pinares. Y aprovecho para agradecer desde aquí todos los
ánimos que recibíamos de los voluntarios en cada avituallamiento.
Y por fin, llego al paseo marítimo de La Antilla, para
encarar los últimos 10 km! La sorpresa es que la mitad de ellos los corremos
por la playa, después de que en la reunión técnica se dijera que se modificaba
ese tramo para no correr por arena… Pero bueno, ya nada importa, voy
disfrutando esos kilómetros, incluso subiendo un poco el ritmo, hasta que en la recta final me espera Susana para acompañarme los últimos emocionantes metros
y cruzar juntos la meta.

Sin duda este ha sido mi Ironman más espectacular y más
duro, y he acabado tan contento que despido la temporada con un gran sabor de
boca. Finalmente, 11:48:33 (tan solo un segundo de diferencia con el IM de
Vitoria! jajaja… aunque con sensaciones muy diferentes), para acabar en el
puesto 114º de 548 triatletas que llegaron a meta. Con Diego (12h 8min) y Alex
(12h 57min) apuntándose otra prueba de las grandes a su curriculum deportivo.
Mientras que el ganador invirtió 10h 3min, el último clasificado acabó en 16h
25min. Enhorabuena a todos los finishers, a todos los que lo intentaron, y a la
Organización, que a bajo coste ha hecho posible el sueño de muchos deportistas.
Ahora me tomo un descanso para recuperar, dándole vueltas al
próximo año y aprovechando el buffet del hotel para regresar al desayuno de
globero, jejeje.
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Desayuno pre-competición |
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Desayuno post-competición ;-) |
Algo de relax en este impresionante Hotel de Islantilla, que
parece un resort caribeño, y visita a tierras lusas para desconectar. En un par
de meses nuevas ilusiones y nueva temporada. Nos vemos!
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Huervaaaaaaa! |
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Relaxing coke in Tavira (Portugal) |
Fotografía: Susana, Luis Mestre y Michael Lopes
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